Daniel Cecchini, de Infobae, lo dice bien: El Vaticano hizo oídos sordos a las denuncias en contra de Marcial Maciel, un hombre que fue protegido por el mismísimo Juan Pablo II y a quien presentaba como “el apóstol de la juventud”. Pío XII lo bendijo y la Iglesia Católica tenía en su figura a un personaje prácticamente intocable.
Un 3 de enero de 1941, Marcial Maciel fundó una congregación en la que cometería abusos a 60 menores de edad y que lo convertirían posteriormente en el mayor depredador sexual que ha tenido la Iglesia Católica: los Legionarios de Cristo.
Los Legionarios de Cristo y Maciel
Fue en el año 2019, específicamente en el mes de octubre, cuando tras un informe realizado por los propios Legionarios de Cristo, El Vaticano ya no pudo ocultar más los abusos cometidos no sólo por Marcial Maciel, sino por varios de los sacerdotes de esta congregación.
En el documento titulado “Radiografía de ocho décadas para erradicar el abuso”, los Legionarios de Cristo dan cuenta de los abusos sexuales cometidos por Marcial Maciel en contra de 60 menores de edad y no sólo eso, sino en total sería 175 menores, de entre 11 y 16 años, las víctimas de violaciones cometidas por 33 sacerdotes de la congregación por uno de los consentidos del papa Juan Pablo II.
El informe de esta congregación que hoy cumple años de fundada, revela también que 90 alumnos de sus escuelas y sus seminarios dependientes, fueron abusados por 54 seminaristas, de los que 46 no se ordenaron jamás como sacerdotes. La figura de Maciel, entonces, estaba a punto de caer y no sólo eso, también el papel del Vaticano en ocultar decenas de abusos cometidos.
Los abusos cometidos por los Legionarios y el conocimiento del Vaticano
Aunque muchos consideran que ese documento que revelaba los abusos cometidos a estos niños fue una manera de intentar “salvarse” del escrutinio público por parte de los Legionarios de Cristo, toda vez que Maciel ya había muerto y no podía pagar por los delitos cometidos o al menos dar cuenta de ellos, el informe fue una cloaca destapada posteriormente para investigar más casos de violaciones al interior de la congregación.
El Vaticano, incluso, estaba enterado de estas violaciones desde 1988 sin tomar ninguna acción al respecto. Varios denunciantes recibieron como respuesta un “No se procesa a un amigo del papa”, cuando iban a exponer sus casos a la congregación que en ese entonces tampoco los apoyó. Un año después de la muerte de Maciel por causas naturales en el 2008, fue que comenzó a trabajar en esa investigación que los Legionarios de Cristo realizaron en un intento por “colaborar” para con las víctimas.
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Foto de portada: EFE.