Juan de Sabinas, Coahuila. 19 de febrero del 2006. La mina 8 de la Unidad Pasta de Conchos explotaba por una acumulación de gas metano que aumentó sus efectos debido a las terribles condiciones de seguridad en la que se encontraba. El presidente López Obrador, este día muy temprano, declaraba que muchas minas operan en la clandestinidad o bajo concesiones otorgadas durante el sexenio de Vicente Fox.
En esa tragedia murieron 65 mineros, decesos que se pudieron evitar si seis años atrás se hubieran atendido los reportes de faltas de seguridad en la mina. La explosión dejó, además, a 11 trabajadores con quemaduras de primer y segundo grado. Pasta de Conchos no se olvida. Pasta de Conchos no tendría que repetirse, como muchos lamentables acontecimientos en México.
í¿Qué pasó en Pasta de Conchos?
El 19 de febrero del 2006, la mina 8 de la Unidad Pasta de Conchos, sufrió una explosión luego de la acumulación de gas metano, de la que resultaron 65 mineros muertos. La mina, propiedad de Germán Larrea, uno de los hombres más ricos de México, ya tenía reportes de fallas de seguridad.
De acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, los reportes comenzaron en el año 2000, pero fue en el 2004 cuando se realizó una última inspección a la mina, de la que se registraron 43 violaciones directas a la norma de seguridad e higiene y se ordenaron 48 medidas y muchas de ellas de extrema urgencia.
Grupo México dijo que ellos se harían cargo de las labores de rescate y posteriormente indicaron que no había posibilidades de vida pues las temperaturas del estallido superaban las de un horno crematorio. Luego de rescatar dos cuerpos, la minera decidió suspender la recuperación de los cuerpos, pues no podía arriesgar a los rescatistas. Lo peor estaba por venir para los familiares de las víctimas.
Mineros murieron por asfixia, no calcinados
Luego de realizarse la autopsia en los dos cuerpos que fueron rescatados, según el reporte de Derechos Humanos, se determinó que murieron por asfixia y no calcinados. Las familias y organizaciones acompañantes señalaron que la verdadera razón de esta suspensión sería que, de ser rescatados los cuerpos, se evidenciarían las pésimas condiciones de trabajo en la mina y esto acarrearía sanciones penales, económicas e incluso el retiro de las concesiones de la empresa Grupo México, dice CNDH.
Doce años después, la Comisión Internacional de Derechos Humanos dio la razón a los familiares y señaló que no se han determinado las causas de la explosión, que hay presunta responsabilidad de servidores públicos y que no se recuperaron los cuerpos de los mineros. Hace dos años, el presidente López Obrador firmó un acta compromiso para el rescate integral, con el objetivo de excavar hasta encontrar los cuerpos de los 63 mineros.
Los trabajos comenzaron en septiembre del año pasado y se planea que sea en 2024 cuando todos los cuerpos sean recuperados. Ahora, el presidente de México se enfrenta a un nuevo caso en Coahuila, en donde asegura que tras el derrumbe en la mina de Sabinas, su gobierno actuó rápido, sin embargo, aún quedan 10 mineros debajo, esperando ser rescatados.