*Todas las fotos son de Grandes casas de México.
En 1946, al terminar su mandato, el entonces presidente Manuel Ávila Camacho mandó construir la Residencia Soledad Orozco, una mansión lujosa (un palacio de candelabros, chapas de oro, escaleras al estilo Titanic y muebles de otras épocas) en lo que era su rancho La Herradura, en Huixquilucan.
De acuerdo con La Jornada, en el blog Grandes casas de México, del arquitecto Rafel Fierro Gossman, la decoración fue elegida por la esposa del expresidente, Soledad Orozco, quien contrató al diseñador Harry Bloc para que amueblara aludiendo al Période Dorée del siglo XIX, con muebles franceses del periodo Luis XV y XVI y echando mano de porcelanas de Sèvres y Meissen.
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Según cuenta Manuel Ávila Camacho López, hijo del general Maximino Ávila Camacho y sobrino de don Manuel: ‘los terrenos de La Herradura fueron regalo del presidente Pascual Ortiz Rubio a mi tío, como también regaló a mi papá los terrenos del Batán’.
Por esa casona circuló la clase política priísta de la segunda mitad del siglo XX y otros personajes como Eleanor Roosevelt, Rita Hayworth, Dolores del Río, los duques de Windsor, los príncipes Felipe de Edimburgo y Bernardo de Holanda, Fulgencio Batista, Harry S. Truman, Orson Welles, Carlos Pellicer, Juan Rulfo y José Clemente Orozco.
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Bueno, pues la mansión con un Gran Salón de 140 metros cuadrados y doble altura, jardines enormes y un lago rodeado por pinos y palmeras es propiedad de la Presidencia de la República desde el pasado 18 de julio de 2017, cuando el Diario Oficial de la Federación estipuló que la Presidencia de la República es beneficiaria desde ese día de la donación de una propiedad de 51 mil 336 metros cuadrados, ubicada en la Calle Bosque de Bosque de Antequera número 60, Fraccionamiento La Herradura, Municipio de Huixquilucan, Estado de México.
Esto sucedió luego de que la exprimera dama presentara su petición para dejar la propiedad en donación ante el Registro de la Propiedad en 1984, avalúo que inició cinco años más tarde, en 1989.
Y muchos nos preguntamos, ¿qué hace el gobierno con esta propiedad opulenta? Aunque el expresidente estableció que se donara la casa para escuela o biblioteca pública, doña Soledad, por su parte, dijo que el inmueble “se destinará para casa de visitas de altos dignatarios de gobiernos extranjeros; que el gobierno sólo podrá tomar posesión hasta la muerte de la donante; que junto con el predio y las construcciones se entregará todo el mobiliario, lámparas, cuadros, estatuas, adornos útiles, enseres y máquinas sin exclusión”.
Sin embargo, ya pasaron 22 años de la muerte de doña Soledad y durante ninguno de los últimos sexenios se ha respetado su voluntad. ¿Que hará el gobierno de AMLO con ella?
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