Metlanónoc es un municipio aislado en la región de la montaña de Guerrero y uno de los más pobres del país. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de la Población (Conapo), sus habitantes tienen los peores índices de desarrollo humano, similar a los de países africanos.
Esa demarcación también es conocida por su población, mayoritariamente de la etnia mixteca, cuyos usos y tradiciones dictan que los hombres pueden (e incluso deben) comprar a sus mujeres, al igual que lo hacen con su ganado, una especie de moneda de cambio.
De acuerdo con cifras de la organización defensora de derechos humanos Tlachinollan, en los últimos 17 años cerca de 300 mujeres indígenas han sido vendidas por sus familias a los mejores postores contra su voluntad.
Según el INEGI, más de 300 mil niñas y adolescentes se casaron en 2015. (Foto: Reuters)
Melitón Hernández, comisario de Metlatónoc, dijo en entrevista para el diario El Universal que los hombres generalmente llegan a pagar hasta 180 mil pesos por una menor de edad, e incluso, la mayoría buscan a niñas vírgenes para violarlas después de pagar la suma de dinero acordada con sus padres.
Neil Arias, abogada del centro Tlachinillan, detalló que esa práctica es un delito relacionado con la trata de personas y que en los últimos 17 años cientos de mujeres de la región se han acercado con ella para pedir asesorías y romper esa tradición. La mayoría son mujeres que viven en matrimonios arreglados, quienes sufren violencia diariamente, y otras son jóvenes que no quieren casarse de manera forzada.
Arias lamentó que esta práctica continúe dentro de la cultura indígena, en la región de la montaña, donde a las mujeres se le trata como un objeto, lo cual atenta contra su dignidad y cuerpo.
Guerrero es uno de los estados donde mayores injusticias y violaciones a los derechos humanos se registran en México. (Foto: Reuters)
El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan documenta desde hace 23 años este tipo de casos y brinda asesoría jurídica, pero gran parte de ellos son denunciados después del agravio, cuando las mujeres buscan escapar del círculo de violencia y ataques físicos en su contra.
Según cifras de la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, de las niñas, niños y adolescentes que se encontraban casados formalmente en el 2015, la mitad vivía en situación de pobreza, mientras que el 73 por ciento había abandonado la escuela y el 80 por ciento de los varones se había incorporado a alguna actividad económica.
En el caso de las niñas y adolescentes forzadas a un matrimonio, el 49 por ciento sufren violencia física, el 68 por ciento violencia sexual y el 16 por ciento más violencia económica en comparación aquellas que se unieron después de la mayoría de edad.
Podría interesarte:
Hay tantos muertos en Guerrero que los frigoríficos se descomponen
Amenazas del narcotráfico dejan sin clases a miles de alumnos en Guerrero
Inseguridad en Guerrero provoca perdidas millonarias con la cancelación de ocho cruceros