“Hoy me superó todo. Ve la hora que es y ni siquiera he comido. Estoy hasta la madre, ya colapsé”. Este fue el último mensaje que Mónica envió a una de sus amigas. Eso fue el 21 de octubre del 2019, el mismo día en que discutió con sus jefes.
La vieron llegar a su trabajo, sin embargo, no la vieron salir. De Mónica no hay rastro. Pareciera que la tierra se la tragó, como ha sucedido con cientos de mujeres desaparecidas en México.
‘No te vayas a asustar, pero Mónica no aparece’
Mónica Ruth Rojas Luna, de 30 años, llegó a su trabajo como todos los días, el 21 de octubre del 2019. Ese día, a las seis de la tarde, la contadora envió un mensaje a una de sus amigas. Se quejaba de no haber comido todavía y todo parece indicar que discutió con sus jefes.
Ese día, de acuerdo a una entrevista a sus padres hecha por Sin Embargo, Mónica dejó sus cosas en casa de manera normal, no hay indicios de que pudiera haber huido a algún lado. “Al momento de la desaparición, ella iba a iniciar sus clases, pero lamentablemente esto ya no continuó”, relató el padre de Mónica, Gonzalo Rojas, al medio.
Ese día, cerca de las 22:30 horas, el novio de Mónica se dio cuenta que ella no llegaba aún a casa, por lo que reportó a su cuñada, la hermana mayor de la joven, que ella no aparecía. “No te vayas a espantar o a asustar, pero la situación es que Mónica no aparece”, le comentó.
Les dijeron que no había ido a trabajar.
El novio de Mónica acudió al lugar en donde ella trabajaba, en San Jerónimo Tepetlacalco, en Tlalnepantla, en el Estado de México. En un inicio, le dijeron que ella no había ido a trabajar, algo que se les hizo extraño pues tienen un grupo de WhatsApp familiar en donde todos los días se comunicaban y no hubo algún mensaje extraño de Mónica.
Gonzalo fue a la empresa. En el módulo de vigilancia se dio cuenta que estaba la luz prendida y dos personas presuntamente discutiendo. Los hombres, al darse cuenta de la presencia de Gonzalo, apagaron las luces. Tocó el interfon y un supuesto vigilante “me dijo que ya le había avisado a otra persona (que había ido como hace dos horas) que Mónica no había ido a trabajar, que él estaba ahí desde las seis de la mañana y que no la vio”.
Al día siguiente, Gonzalo regresó a la empresa buscando entrevistarse con el dueño, sin embargo, habló con un vigilante, quien le dijo que era raro que le hubieran negado a Mónica, pues ella siempre está en la empresa. Llamó entonces a otros compañeros para hablar con Gonzalo. “Mónica sí había ido a trabajar”, le dijo uno de ellos, asegurándole que ella llegó poco más tarde de las 9:30 de la mañana. “Me dijo que ellos, los compañeros, incluso se retiraron como a las seis de la tarde y que ella se quedó en la oficina”, relata.
No hay rastro de Mónica
Gonzalo estuvo esperando a que apareciera el supervisor, pero estuvo ahí hasta las 12 y nunca llegó. Regresó al departamento y con ayuda de un cerrajero logró entrar al departamento de Mónica, en donde todo permanecía sin alteraciones. Lograron entrar a su computadora y un día antes buscó nuevas ofertas de trabajo.
Reportaron su desaparición al ministerio público, sin embargo, no hay avances en las investigaciones. De acuerdo al rastreo del celular, el último lugar en donde estuvo el teléfono de Mónica fue en su trabajo. Los padres explicaron que en la empresa no se entregaron de manera inmediata los videos al interior, bajo el argumento que no servían.
Hasta el momento no hay rastro de Mónica. Ni información clara de qué ocurrió con ella.
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