Fue en 2018 cuando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió la recomendación 62/2018, debido a que la explotación de carbón mineral en Sabinas, presentaba diversas violaciones, particularmente en los poblados de Agujita y Cloete. En dicha recomendación exponían un número importante de zonas en las que no había un propietario legítimo y se estaban expropiando para la extracción de carbón, así mismo reportaban minas abandonadas desde hacía años y por lo cual, no era recomendable volver a utilizarlas.
No importó la recomendación. La empresa El Pinabete metió trabajadores a una profundidad de 65 metros a extraer carbón en un pocito empalmado con una mina abandonada e inundada desde hace al menos 30 años. Entonces ocurrió lo que tenía que pasar cuando no hay estudios y barrenaciones como lo marcan las normas 023 y 032 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social: se rompió una pared y a los pocitos entró el agua de la mina contigua.
Las paredes de las minas estaban húmedas días antes
En enero fue cuando la empresa Cia. Minera El Pinabete inició operaciones en el predio de Las Conchitas, informó la Secretaría de Economía. Es justo ahí donde está la excavación inundada y las operaciones de rescate. Por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, no hay datos de inspecciones de la mina en estos últimos meses, dicha dependencia cuenta solamente con nueve inspectores para todo Coahuila y todas las industrias, en un territorio en el que la minería tiene concesionado el 7 por ciento de superficie del estado, es decir, un millón 36 mil hectáreas, según datos de la Secretaría de Economía.
Dos días antes de la tragedia, el 1 de agosto, trabajadores de la mina alertaron a los encargados del pocito de filtraciones que habían detectado al interior, no obstante, se les dio la orden de continuar con los trabajos de excavación, a pesar de la advertencia. Para el día 3 de agosto, la humedad de las paredes dio paso al agua embravecida que inundó la mina de Agujita, en Sabinas, Coahuila y dejó atrapados a diez mineros. Por sí misma, la Región Carbonífera es de riesgo de inundación, pues debajo del suelo corren ríos y túneles y con todas las alertas dadas por los trabajadores, podrían haber prevenido la tragedia que actualmente viven las familias de estos diez mineros que aún no pueden ser rescatados.