Duró apenas cinco años en el trono y su nombre se vio caracterizado por el derramamiento de sangre que hubo durante ese lustro, tanto, que quedó inmortalizada en un coctel conocido como Bloody Mary. María I de Inglaterra, quien vivió tan sólo 42 años, torturó y mandó quemar a miles de personas en el siglo XVI y su coctel debería recordárnoslo en cada sorbo.
Compuesto por vodka, jugo de tomate, salsas Tabasco y Worcestershire, limón, pimienta negra, sal y hielo, el Bloody Mary está inspirado en esta reina, María Tudor hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, que se convirtió en una de las más sangrientas asesinas del Reino Unido.
El Bloody Mary es uno de los cocteles más solicitados alrededor del mundo. (Foto: Pinterest)
Enrique no se sentía agradecido con la vida. Desde el momento en que Catalina sufrió varios abortos, que una de sus hijas nació muerta y que tres de los varones que había procreado junto a De Aragón murieron apenas unas horas después de nacidos, la desesperación por no tener un heredero al trono hacía su presa a Enrique VII.
Resignado, el rey le entregó todo a María. La cuidó como a nadie más hubiese protegido. Pero también la utilizó para negociaciones políticas. A los dos años la prometió al hijo del rey de Francia, Francisco I, aunque el trato se canceló cuando María cumplió cinco. Lo mismo sucedió en el Tratado de Windsor, pues ella debía casarse con su primo Carlos V, algo que jamás sucedió.
La vida de María tomó un giro drástico cuando su padre recibió la negativa de la Iglesia Católica para anular su matrimonio con Catalina. él se casó en secreto con Ana Bolena, su madre perdió el título de reina, María fue declarada hija ilegítima y fue apartada de la línea de sucesión al trono. Desde ese momento, se decidió a ser despiadada con todo aquel que se cruzara en su camino.
María Tudor también fue conocida como “la reina sanguinaria”. (Foto: ABC)
María decidió defender siempre a su madre, aún después de su muerte. Cuando Enrique VII murió en 1547, Eduardo VI, su hijo y sucesor, murió por Tuberculosis en 1553. Cuando María I de Inglaterra asumió el trono, juró que el reino sería católico, igual que su madre, Catalina de Aragón.
Dos años después, en 1555, inició una persecución en contra de aquellos que no siguieran a la Iglesia Católica y que, en cambio, siguieran a la iglesia anglicana, misma que tenía en su padre a uno de sus representantes más fieles. Se casó con Felipe II justo en el momento en que las prisiones (sobre todo la Torre de Londres) estaban saturadas de gente que no creía en el catolicismo.
Torturó a cerca de 400 personas, entre ellas clérigos que fueron después lanzados a la hoguera. Hierros al rojo vivo, estiramiento de extremidades hasta quebrarse los huesos, todo con tal de confesarse culpables. Después de una gran depresión sufrida tras la maldición bíblica del Diluvio, que azotó a Inglaterra con inundaciones por lluvias constantes, animales muertos, hambruna, murió de depresión en 1558.
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