Lázaro Cárdenas del Río fue presidente de la República Mexicana de 1934 a 1940. Recordado y querido como uno de los mayores estadistas mexicanos de todos los tiempos, Cárdenas hizo más que cualquier otro presidente para consolidar la Revolución Mexicana y llevar a la práctica sus ideales de justicia e igualdad.
Nació un 21 de mayo de 1895 en el seno de una familia indígena muy modesta, en Jiquilpan, Michoacán. Fue el tercer hijo del matrimonio formado por Dámaso Cárdenas Pinedo y Felícitas del Río, quien al ser el primer hijo varón, se convirtió en responsable de la familia; en total tuvo siete hermanos.
Entre 1913 y 1914, habiendo recibido sólo educación básica, se unió a la lucha de la Revolución Mexicana, que años antes había estallado, lo que dio como resultado el inicio de una carrera militar en la que ascendió con rapidez: diez años más tarde, ya era general de brigada. Durante su carrera defendió la causa constitucionalista de Venustiano Carranza, fue designado jefe de operaciones en Veracruz y Michoacán y resultó herido en la batalla de Huejotitlán, en 1923.
Recordamos al general Lázaro Cárdenas del Río, a 128 años de su natalicio.
Nacido en Jiquilpan, Michoacán, fue presidente de México, nacionalizó la industria petrolera y de ferrocarriles; reivindicó los derechos de los campesinos y bajo su gobierno se fundó la Comisión Federal… pic.twitter.com/lFSVTJHLFZ
— Gobierno de México (@GobiernoMX) May 21, 2023
Carrera política de Lázaro Cárdenas
Lázaro Cárdenas saltó a la política bajo la protección de otro militar revolucionario, el presidente Plutarco Elías Calles. En 1928 fue elegido gobernador de Michoacán, cargo que aprovechó para realizar una importante labor reformadora que acreditó su valía política en todo el país: creó numerosas escuelas, impulsó el reparto de tierras y promovió las asociaciones sindicales y la democratización de la universidad. Posteriormente fue ministro del Interior, de 1930 a 1932 con Pascual Ortiz Rubio y ministro de la Guerra de 1932 a 1934 con Abelardo L. Rodriguez.
Para 1934 ganó las elecciones presidenciales, siempre bajo la protección de Plutarco Elías Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, Lázaro Cárdenas continuó solo con su camino y adoptó una línea política propia, más inclinada hacia la izquierda. Llegó incluso a expulsar del país a su antiguo protector, que tuvo que exiliarse en Estados Unidos en 1936.
Creó el Partido Revolucionario Mexicano (antecedente del posterior PRI), en el cual se integraron un amplio espectro de reformistas y progresistas: comunistas y socialistas, liberales radicales, la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM) y la Confederación Nacional de Campesinos (CNC), organismos sindicales que también creo y siguen vigentes en la actualidad.

Lázaro Cárdenas llega a la presidencia
Bajo el lema “México para los mexicanos”, Cárdenas llevó adelante una política de nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar compradores en Alemania. También se ocupó de proteger a la población indígena, impulsó la reforma agraria, combatió el latifundismo, nacionalizó los ferrocarriles y estableció una enseñanza pública laica, gratuita y obligatoria.
Con su ambicioso programa de la Reforma Agraria, el gobierno de Cárdenas organizó el reparto de más de dieciocho millones de hectáreas entre los desposeídos mexicanos, casi el doble de lo que todos los gobiernos de sus predecesores juntos habían llegado a distribuir. Pero la distribución de tierras sin proporcionar los servicios de infraestructura necesarios conduce a una agricultura de subsistencia en la que el campesino es capaz de alimentar a su familia, pero no de producir excedente para el mercado.
Para evitar los problemas del abastecimiento de las ciudades y del mercado de exportación, Lázaro Cárdenas recurrió a un sistema comunal genuinamente mexicano, el ejido. Los ejidos incluían a cientos de familias a las que el Banco de Crédito Ejidal proporcionaba financiación, escuelas y hospitales.

Expropiación petrolera y el auge de las escuelas
Durante su gobierno, se implantó una polémica educación “socialista”, que quitando el problema ideológico, la educación se extendió por todo el país y llegó a sectores y a amplias áreas rurales que nunca había alcanzado: en seis años se duplicó el número de escuelas. Creó el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Colegio de México. Además, dispensó a los refugiados republicanos españoles que, perdida la Guerra Civil en 1939, huían del régimen de Franco.
El sexenio de Lázaro Cárdenas, en resumen, fue un periodo de estabilidad política que legó a la posteridad avances significativos en materia de economía, educación y obras públicas. Cárdenas dejó la presidencia en 1940, pero no la vida política, en la que siguió ejerciendo considerable influencia: promovió la candidatura de Manuel Ávila Camacho, que le sucedió en el periodo de 1940 a 1946, y él mismo aceptó el cargo de ministro de la Guerra entre 1942 y 1945. También colaboró con el presidente Adolfo López Mateos, de 1958 a 1964.
Calificado como uno de los mejores presidentes de México, Lázaro Cárdenas fue firme defensor de una política modernizadora y democrática, fomentó la educación a todos los niveles, estimuló la formación de organizaciones sindicales, renovó la administración pública e impulsó, como nadie lo había hecho antes, la Reforma agraria. Debido a una enfermedad que se agravó rápidamente, el general Lázaro Cárdenas falleció el 19 de octubre de 1970 y fue homenajeado en la Confederación Nacional Campesina y posteriormente en la Cámara de Diputados. Sus restos descansan en el Monumento a la Revolución.
Los Politécnicos conmemoramos con mucho orgullo el aniversario del natalicio de Lázaro Cárdenas del Río, hombre visionario que desempeñó un papel determinante en la creación del #IPN. Su legado es invaluable y nos inspira a seguir poniendo “La Técnica al Servicio de la Patria”. pic.twitter.com/mAJ8gefCHt
— IPN (@IPN_MX) May 21, 2023
Sus convicciones nacionalistas lo llevaron a nacionalizar los ferrocarriles en 1937 y, al año siguiente, la industria petrolera, que estaba en manos de compañías británicas y estadounidenses. Su posicionamiento en favor de obreros y campesinos frente a los intereses de los poderosos y la defensa de los recursos naturales frente a las injerencias de las compañías extranjeras le proporcionaron un prestigio y honestidad que conservaría tras abandonar la presidencia.
Con información de Biografías y Vidas, Enciclopedia Humanidades / Foto de portada: Enciclopedia Humanidades