Desde que la humanidad es humanidad se aceleró el desgaste del medio ambiente. El desarrollo de las sociedades en todos sus ámbitos ha requerido de la transformación del entorno.
En pocas palabras, los humanos no avanzamos solos (no damos paso sin huarache), lo que implica que todo avance implique una industrialización y por ende traiga costos a la naturaleza. Para algunos miembros de la organización de las Naciones Unidas en 1974 fue obvia esta correlación y pugnaron por la designación del Día Mundial del Medio Ambiente.
El propósito del día es divulgar información que nos ayude a crear conciencia sobre cómo proteger y mejorar nuestro paso por el planeta sin dejarle estragos irreparables a las especies que cohabitan con nosotros, y más importante aún, sin autodestruir el ecosistema de ecosistemas que nos mantiene vivos.
A lo largo de 44 años las preocupaciones han mutado, como las condiciones medioambientales. Este 2018 toca el turno a “Sin Contaminación por Plástico”, una campaña que llama a la población de todo el mundo a sacar los plásticos de su vida (como Luis Miguel a su Papá).
(Foto: Netflix).
El pedimento no es aleatorio o gratuito si pensamos que cada año se usan 500 mil millones de bolsas plásticas en el mundo; 50% del plástico es de un solo uso; al año se queman 17 millones de barriles de petróleo para producir las botellas de plástico en las que bebemos; el plástico representa el 10% de toda la basura que se genera en el mundo y, de seguir así, se prevé que para el 2050 haya más pet que peces en el mar.
Pero para no hacer más largo este mal, que no es nuevo ni invisible, van cinco tips que quizá no salven al mundo de un día para otro pero que a la postre, serán el inicio de un cambio en la manera en que convivimos y respetamos a los demás, incluyendo a la naturaleza.
1.- Deshacerse de los utensilios básicos de uso diario como los cepillos de dientes más comerciales y cambiarlos por alguno hecho de bambú, así como la pasta de dientes que puede comprarse o almacenarse en envases de vidrio, en lugar de los horribles tubos que se aplastan disparejo. Una buena opción para algo imperceptible.
2.- Aunque suene obvio lo de los popotes, lo cierto es que si de plano no puedes deshacerte de ellos por costumbre o necedad, puedes probar comprando uno metálico o de madera, con que sea reutilizable es, por el momento, suficiente. Y ya si de plano andas con tu vaso personal (puede ser un frasco de vidrio) para todos lados, eres un ejemplo para los demás. ¡Aplausos!
3.- El plástico para cubrir los tuppers con comida (plástico vitafilm) tarda años en destruirse, si bien nos va. A cambio, puedes usar una manta de tela plastificada reutilizable. Hay varias en el mercado. Incluso la manta o jerga son telas que cubren bien ciertos recipientes que por lo general no tienen tapa. Pero es mejor usar siempre uno que sí tenga para no desperdiciar a lo bruto.
4.- Quizá muchos no lo saben pero hay marcas de té que usan plásticos en sus bolsitas, así que como tal es un error echarlas a la basura orgánica. En caso de que te estés enterando de esto pero necesites llevar té al trabajo o lo acostumbres por placer, puedes comenzar a pensar en los infusores. Tamaños, formas y precios hay para todos los bolsillos y gustos. Y el té o los restos de infusión sí pueden ser echados directamente al bote de basura orgánica o a la composta.
La punta del iceberg. (Foto: Jorge Gamboa)
5.- Este punto va muy pegado al número dos pero es un nivel más pro: si eres de los que compran comida para llevar con cierta regularidad, puedes usar tus propios tuppers, y así evitar el horrible unicel que usan muchos restaurantes y empresas de comida rápida. Aunque es probable que te vean raro o se nieguen al principio, con un poco de insistencia se acostumbrarán y tú también.
El pilón: lo de las botellas de agua y las bolsas de super lo obviamos porque si llegaste hasta aquí, significa que estás comprometido con la causa antiplástico o por lo menos estás enterado.
Y eso ya es un enorme paso a decirle adiós al material más usado en el mundo y que para estas alturas está contaminando el sistema digestivo del 73 % de los peces del océano Atlántico y que se prevé que en los próximos 10 años se triplique en el agua, algo así como 80 mil millones de toneladas de plástico flotarán entre Hawai y California para 2025.
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