Probablemente ya sabías que la CDMX se está hundiendo, tan solo basta ir al zócalo capitalino y notarás el desnivel del suelo. Ese fenómeno ocurre debido a que buena parte de la capital está construida sobre un suelo de arcillas blandas y deformables.
Los hundimientos son cada vez más agudos, provocan grietas y, como en el caso de la Catedral Metropolitana, inclinan algunos edificios que están edificados en zonas inestables y pueden dañar el patrimonio artístico y cultural de la Ciudad de México.
La Catedral Metropolitana está inclinada por el hundimiento del suelo en el Centro Histórico. (Foto: Especial)
El investigador de la UNAM, Efraín Ovando Shelley, señaló que el Centro Histórico de la Ciudad de México es “una de las zonas más afectadas, porque ahí han estado expuestos varios edificios desde hace mucho tiempo, aunque toda la cuenta esté dañada”.
México está expuesto a muchos riesgos que no son de corta duración; uno de ellos es el hundimiento regional, que ocurre poco a poco, pero de manera constante, al menos desde mediados del siglo XIX.
Fenómeno en cámara lenta
La Ciudad de México registra cada año un hundimiento de entre 8 a 12 centímetros por la excesiva extracción de agua de los acuíferos.
El suelo de la CDMX tiene características inestables debido a que es una planicie lacustre. (Foto: Erick Mara/Conacyt)
El investigador señaló que este fenómeno se registra a diferentes velocidades, como un efecto en cámara lenta, sin embargo es posible percatarse de su afectaciones como grietas en el terreno y afectaciones en la infraestructura urbana.
Como ejemplo están las subcuencas de Xochimilco y Chalco que tienen hundimientos de entre 35 y 40 centímetros por año.
Mientras, el área donde se construye el nuevo aeropuerto, registra un hundimiento de entre 12 y 14 centímetros anuales, aunque hay puntos en los que es mayor.
¿Hay solución?
Ovando Shelley explicó que a corto plazo no hay manera de detener el fenómeno, pero una opción sería dejar de explotar los acuíferos.
También existe la alternativa de construir una red de drenaje que recoja aguas pluviales y las otras aguas negras, de esta manera sería posible reutilizar el agua de lluvia para reutilizarla, e incluso podría inyectarse al subsuelo.
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