Si has visto las fotos de Enrique Peña Nieto en su Instagram, ya sea pensativo, mirando al horizonte, con sombrero de vaquero, acompañado de su esposa, repartiendo brazos… esto te interesa.
Y es que durante seis años de gobierno, la ciudadanía observó poco a poco un cambio en el rostro del presidente de México, Enrique Peña Nieto: una reluciente sonrisa era el gesto común al inicio de la administración; gesto que cambió por un semblante endurecido y terminó mostrando cabizbajos antes de las elecciones presidenciales.
El flash de poder
Sólo su familia, colaboradores cercanos y políticos influyentes tuvieron cercanía con Enrique Peña Nieto, además de ellos están los fotógrafos personales y el equipo de imagen de la Presidencia, quienes se dedicaron a mostrar la intimidad del poder.
Para Arturo Bermúdez, ex editor fotográfico de Presidencia y curador de los álbumes con las memorias presidenciales, las imágenes no esconden secretos.
Arturo Bermúdez es un profesional de la lente con 24 años como fotoperiodista. (Foto: Cultura Colectiva News / Gustavo Pineda)
Con más de dos décadas de experiencia como fotoperiodista, Bermúdez relata que todas las imágenes del mandatario pasaban por un filtro antes de llegar a su curaduría; sin embargo, “siempre tuve una disponibilidad total a la imagen del presidente, creo que fue una administración muy expuesta”, señala.
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¿Cómo retratar la imagen del poder?
Desde la campaña hasta el final de la transición con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, Bermúdez conoce con la mirada a los autores que se encuentran disparando en una muy enfocada guerra por obtener la mejor imagen de Peña Nieto.
Como editor de fotografía mi obligación era conocer a fondo el archivo que existía antes de que llegara a tomar el control de las memorias del presidente.
Bermúdez pudo observar como fue cambiando el rostro de Peña Nieto. (Foto: Cultura Colectiva News / Gustavo Pineda)
Para Arturo no es un secreto a voces que el rostro del mandatario mexiquense cambió de manera abrupta.
Adelgazó demasiado por la misma presión de su trabajo, y por su exceso de ejercicio. Corría cada año junto al Estado Mayor Presidencial en carreras atléticas de 10 kilómetros. Peña siempre fue muy cuidadoso de su imagen, tenía un grupo de personas que le cuidaban hasta el copete.
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Sin retoques
Explica que el propio presidente exigía retratarlo sin ningún filtro ni retoques. “Había una orden directa del presidente de tomar fotografías sin filtros ni retoques muy pronunciados”, detalla. “Le gustaba que tomaran fotografías así, como estaba”, contó.
Tenía una imagen en el rostro como de rombo, su cara era demasiado redonda, hoy en día se marca mucho el mentón, su rostro parece un triángulo, sus manos adelgazaron, perdió muchos kilos, pero se siente bien. Le encanta jugar golf, y es muy bueno, y también es un apasionado de la fotografía.
Señala que Peña Nieto tiene conocimientos sobre fotografía, sabe de tipos de cámaras, de lentes y de las personas que lo estaban retratando.
Es una persona que sabe perfectamente cómo posar, en qué lugares colocarse y sabía aprovechar sus espacios junto a otros mandatarios.
Recuerda que la mayor parte de las veces, el mandatario se acercaba a sus fotógrafos personales para ver las imágenes en crudo, y pedirles el archivo para subirlas personalmente a su instagram.
El presidente contestaba personalmente su instagram, era una mentira que había una persona detrás. Creo que como político él sabía que había un repudió por mucha gente, pero había otra mayoría que idealiza el poder.
Agrega que no comulga con la ideología del Partido Revolucionario Institucional; incluso asegura que no “fue contaminado” por trabajar en Presidencia.
Hay que tener una mirada muy selectiva y propositiva para darle el valor a las imágenes. Trabajé con personas excelentes que retratan momentos muy íntimos del presidente.
¿Cómo logró ingresar al primer círculo del Presidente?
Estuve tres años en la Presidencia. Llegué a finales del 2015. Acababa de renunciar como editor de fotografía de El Universal, y empecé a freelancear después de la cobertura de la visita del Papa Francisco. Justamente, en esos eventos, me encontré a Juan Carlos Morales, uno de los fotógrafos personales de Peña Nieto, quien me invitó a integrarme al equipo.
La relación como fotoperiodista generó una buena amistad con Juan Carlos, otro profesional de la lente que consiguió captar los pasos del presidente saliente desde que se desempeñaba al frente de la gubernatura del Estado de México, y conoce la “adrenalina” de las giras internacionales.
Bermúdez se integró a ese equipo como editor de fotografía para trabajar las memorias del presidente y su labor consistió en armar un testigo editorial sobre el trabajo y agenda del jefe del Ejecutivo Federal.
Cada mes, al presidente se le hace una memoria fotográfica de todos los fotógrafos de la presidencia, los cuales son unos libros donde se recopilan todas las imágenes de los encuentros, giras y hasta momentos en los pasillos y oficinas, espacios íntimos del poder.
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A través de un equipo de 15 fotógrafos personales de Peña Nieto, Arturo recibía aproximadamente unas 300 a 600 fotografías diarias para contar una historia de los eventos presidenciales.
Al principio, antes de llegar a curar las memorias, eran libros con muchas fotografías sin chiste, y me encargué de poner un orden y contar una historia de los eventos en una manera más documental y testimonial del poder político.
Estos libros se quedaban en el archivo personal del presidente y se distribuyeron a todas las secretarias. Estas memorias son un proyecto único a comparación de otras presidencias.
Esta idea fue algo que propuso Juan Carlos, para dejar un testimonio que no se había hecho antes de manera tan regular, y creo que quedó un buen testimonio. Y no es una ‘egoteca’, es una acción que refleja una agenda demasiado pesada.
La salida del primer círculo
Además de curador, la “friega” diaria provocó en más de una ocasión Arturo saliera de las bambalinas, donde normalmente trabajaba como editor, para capturar momentos del Presidente durante las visitas de Estado de otros mandatarios internacionales.
Recuerda mucho una fotografía que tomó en la visita del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, donde el premier canadiense abraza a Peña Nieto y al fondo lucen sus dos esposas.
Después de tres años de trabajo, y una inminente salida de gobierno, Arturo decidió dar por terminada su relación laboral con la Presidencia; su trabajo de curaduría quedará en el archivo fotográfico de Presidencia, como un testimonio gráfico que sólo será comparable con el que hizo el fotoperiodista Pete Souza al expresidente Barack Obama.
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