Su nombre es José Manuel Ibarra, pocos tienen la confianza de llamarle “Manolo”, otros preferimos por respeto decirle Don Manuel.
A sus 77 años es conocido como un maestro barbero, el más longevo del barrio. Cada día la rutina es parecida: a las 14 horas abre la cortina en su barbería tradicional en el 121-B de la calle San Luis Potosí, casi esquina con Jalapa, perteneciente a la colonia Roma de la Ciudad de México.
Al entrar a su negocio el tiempo se congela, el aire entra de manera tenue mientras ilumina la vieja pintura del local. El cliente puede pedir los cortes a su gusto, la televisión no tiene señal porque no ha podido comprar una nueva antena, en la mesa principal adornan unas fotografías de su padre, quien hace más de 70 años inauguró la Peluquería Ibarra, en la conversación Don Manuel aprovecha cada momento para recordarlo. Lo extraña demasiado y está agradecido con la herencia que le dejó como barbero.
Cuando toma sus instrumentos, su mirada y respiración cambian, aunque sus labios se encuentran escondidos en su canosa barba se logra dibujar una sonrisa. Su atención es similar a la de un doctor, escucha primero al paciente e inicia el diagnóstico: toma su tiempo, pero lo bueno siempre tarda. Durante el corte, su sentido del humor es ligero pero con jiribilla, la mayoría de sus clientes salen con una sonrisa y una paleta gratis de La Pantera Fresca.
Don Manuel sostiene una paleta de la Pantera Fresca, negocio que regala paletas a cada cliente que se corta el cabello en la Peluquería Ibarra. (Foto: Cortesía)
Don Manuel expresó en entrevista para CC News su sentir por ser el último de su especie, atrapado en la gentrificación de la colonia Roma, un céntrico barrio en la capital que aumentó su plusvalía, lleno de negocios para todos los bolsillos pero abundan los giros comerciales para adinerados, situación que provocó un destierro de los oficios más antiguos. Algunos le sugieren ingresar al programa de pensión para adultos mayores del gobierno federal para disfrutar su retiro, sin embargo, su lucha es contra marea.
Mi padre trabajó aquí hasta los 94 años, el penúltimo día de su vida estuvo aquí en la barbería y después falleció, quiero hacer exactamente lo mismo. No busco limosna, busco seguir trabajando.
Gerardo observó el post en redes sociales y se rasuró en la Peluquería Ibarra para apoyar a Don Manuel. (Foto: CC News)
Hace seis meses comenzaron los pequeños empujones para intentar sacarlos del local, primero fue su letrero, después la decoración y la última gota fue cuando el dueño quiso subirle la renta de 5 mil 800 a 10 mil pesos mensuales. Al instante, inició un litigio para evitar abandonar su segunda casa, cerrar la cortina para cederla a algún negocio hipster y caer en un abismo de depresión.
Tuve que vender objetos de valor y demasiado importantes para lograr completar para la renta. Cosas con una historia familiar fuerte. Si no fuera por el litigio, creo que ya habría cerrado luego.
Para Don Manuel, todos sus clientes necesitan de una atención personalizada. (Foto: CC News)
En siete décadas, Don Manuel ha visto evolucionar su colonia y participó en distintos eventos que cuartearon la historia del país.
«Inicié como “chícharo”, poniendo grasa, limpiando las escupideras, barriendo. Cuando fue el 68 me invitaron pero no pude ir porque fui al cine, ese día perdí a varios amigos. En el 85 fui a levantar escombros al edificio de San Luis Potosí y Orizaba, he visto la transformación de la colonia y hoy parece que me quieren sacar».
Justamente su historia fue escuchada por Aida Mulato Salinas, una mujer emprendedora, fundadora del proyecto Jóvenes Artesanos y creadora del colectivo “Va por la Roma”, una iniciativa que surgió después del pasado terremoto del 19 de septiembre para reactivar la economía de la zona.
En entrevista para CC News, Mulato detalló que a través de esa plataforma escuchó la historia de Don Manuel, capturó algunas fotografías y publicó en su página de Facebook la situación de la barbería para solicitar ayuda a sus amigos y conocidos. Ese post rápidamente se viralizó al compartirse unas 7 mil 444 veces en un lapso de ocho días.
Después de la publicación, Don Manuel no ha dejado de cortar el cabello y barbas, ha terminado agotado. Aunque está emocionado y agradecido, no ha parado de trabajar. Todas son personas maravillosas, todos podemos hacer cosas por los demás para ser solidarios en momentos de crisis. Qué padre que las redes sociales puedan servir para esto.
Aida Mulato es una mujer emprendedora que viralizó en redes sociales la petición de Don Manuel (Foto: CC News)
Después del post de Mulato, varias personas con muchas ganas de ayudar se han acercado a la Peluquería Ibarra con el objetivo de ofrecer su grano de arena, la mayoría de sus nuevos clientes son hombres jóvenes, barbones y peludos, como es la organización de motociclistas Brothers in Dust, un club de caballeros amantes del motor en dos ruedas con la mata larga y barba abundante, quienes ofrecieron apoyar a largo plazo a Don Manuel.
Ellos son bikers que viajan por todo el país y vinieron para ofrecer seguimiento a largo plazo, sin embargo, nos interesa que esto sea constante, que la gente consuma local. Este país sería distintos si consumiéramos local, donde regresemos a los negocios antiguos de la Roma. Cuando tú entras a esta barbería, escuchas muchas historias, y eso es una terapia para él. Siempre que vengan platicará una anécdota distinta.
Hoy, distintas organizaciones se unieron para ofrecer apoyo en mejorar su fachada, ordenar a sus clientes en una fila, regalar paletas a los nuevos clientes, otorgarle algunas donaciones y crear una lucha a largo plazo en el terreno legal.
Un despacho de abogados se acercó para apoyarlo, vamos a seguir haciendo ruido. Don Manuel no está casado, no tiene hijos, cuando él se vaya se apaga la tradición. Pero pensemos en él ahora, él está aquí y tiene muchas ganas de trabajar.
La Peluquería Ibarra está abierta de lunes a sábado de 14 a 23 horas. Se ubica en la calle San Luis Potosí número 121-B, casi esquina con Jalapa, a unas cuadras de la estación Sonora de la Línea 1 del Metrobús. El corte de cabello es sólo para caballeros y cuesta 100 pesos, con un excelente servicio, la charla es gratis y las sonrisas son garantizadas.
Podría interesarte:
Vampipe, el memero que debes seguir para entender las elecciones del 2018
Jorge vendió su colección de Tortugas Ninja para apoyar a los damnificados del sismo
“¡Silencio! ¡Levanten los puños!”: Así salvaron las brigadas ciudadanas cientos de vidas en la CDMX