Los sacrificios que los mexicas y los mayas hacían en la prehistoria, siguen siendo motivo de estudio para los antropólogos no sólo en México sino alrededor del mundo. La onda está en que todo se vuelve más polémico desde que supimos que en los rituales empleaban a niños que eran agradables a los ojos de los dioses, a quienes se les ofrecía dicho sacrificio.
Recientemente, en el Templo Mayor, fue encontrado un entierro infantil dedicado a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Este es el segundo descubrimiento de entierro infantil dedicado a esta deidad, pero ¿sabes cómo eran los sacrificios infantiles en el México prehispánico?
Los sacrificios de los niños en el México prehispánico siguen siendo un misterio para todos. (Foto: INAH)
Primero, ¿por qué se sacrificaban a los niños?
De acuerdo a información recabada por Arqueología Mexicana, las madres amamantaban a los niños hasta los cuatro años. Esto provocaba que después de este periodo se incrementaran los problemas de salud relacionados con infecciones por parásitos, virus y bacterias. Lo que hacían las madres era ofrecer a sus pequeños para transformarse en un elemento divino al ser ofrecidos a los dioses.
Los dioses que recibían este tipo de sacrificios infantiles eran Tláloc y Huitzilopochtli. Justamente en 2005 se registró en el Templo Mayor el primer descubrimiento de un entierro infantil dedicado al dios de la guerra. Ahora, trece años después, se encuentra un segundo sacrificio infantil en el mismo lugar, lo que provoca nuevas hipótesis sobre su divinidad solar y la importancia en los rituales que se realizaban con niños en el México prehispánico.
Este es el segundo entierro infantil descubierto en el Templo Mayor. (Foto: INAH)
¿Cómo sacrificaban a los niños?
Este descubrimiento permite indagar más sobre el sacrificio de los niños en la antigüedad. De acuerdo a Rodolfo Aguilar, integrante del equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el descubrimiento apunta a que primero se colocaron 15 cuchillos de sacrificio de pedernal, encima de éstos una cama de fibras vegetales carbonizadas y, por último, el cartílago del rostro de un pez sierra.
Para el sacrificio se utilizaban cerca de tres mil objetos, entre cuentas de piedra verde, teselas de turquesa, cuchillos de sacrificio, huesos de lobo y de águila; y centenares de elementos marinos entre conchas, caracoles, galletas y erizos, entre otros, obtenidos desde las lejanas costas del Pacífico y del Atlántico.
Las arqueólogas Mary Laidy Hernández y Karina López apuntan que para ofrendar los restos del niño, los mexicas tuvieron que levantar una serie de lajas de piedra del piso de la plaza, cavar una fosa en la tierra y construir la caja cilíndrica con piedras de origen volcánico, pegadas con estuco. “Después rellenaron ese piso con tierra traída desde las orillas del antiguo lago, para construir otra plaza encima”, revelaron.
Desde hace 13 años se investigan los entierros infantiles en el Templo Mayor. (Video, YouTube, vía INAH TV)
¿Cómo encontraron al entierro infantil en el Templo Mayor?
Sobre el descubrimiento, los investigadores indicaron que el niño fue colocado sentado al interior de la caja, y por la observación del brote dental, se calcula que tenía entre 8 y 10 años; para su edad presentaba mucho desgaste en los dientes y sufrió de múltiples infecciones en la boca.
Los tobillos del pequeño también fueron adornados con cascabeles de cobre, caracoles provenientes del Mar Caribe y cuentas de piedra verde. ¿Te imaginabas así los sacrificios infantiles en el México prehispánico?
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