Pensamos que muchos fueron catastróficos al ir por las calles con cubrebocas luego de darse a conocer la contingencia ambiental que nuestra Ciudad de México y su Área Metropolitana padecieron hace unos días. Muchos más pensaron que era exagerado suspender las clases a causa de la espesa nata de contaminación que cubría el cielo capitalino debido a los incendios en distintas alcaldías.
Hoy, un análisis realizado por integrantes de la Universidad de Lieja, el cual será presentado en la reunión anual de la Sociedad Europea de Endocrinología, en Lyon, Francia, asegura que la exposición a contaminantes afecta de manera considerable nuestro desempeño cerebral.
¿Específicamente en qué nos afecta?
Daniel López Rodríguez, estudiante graduado en el laboratorio de padres Anne Simone de la Universidad de Lieja, en Bélgica, fue artífice de este análisis en el que indican que la exposición a contaminantes ambientales puede causar alteraciones en el desarrollo cerebral, los cuales afectan la evolución sexual y la fertilidad en varias generaciones.
La descendencia de ratas embarazadas expuestas a una mezcla de las sustancias químicas disruptoras endocrinas comunes (EDC, por sus siglas en inglés), en dosis equivalentes a las que comúnmente experimentan las personas, mostraron esas alteraciones y en el comportamiento materno transmitido a través de varias generaciones.
Los hallazgos sugieren que los niveles de sustancias químicas que afectan el sistema endocrino en nuestro medio ambiente ya pueden estar causando daños duraderos y que las personas y las agencias deberían tomar medidas para minimizar la exposición.
También se ve afectado el desarrollo sexual de las personas y los animales
Los estudios con roedores han sugerido que la exposición a EDC puede afectar el desarrollo cerebral a través de varias generaciones, pero los efectos generacionales sobre el desarrollo sexual y la reproducción no se han investigado. David López supervisó el desarrollo sexual de tres generaciones de ratas; la paterna sólo estuvo expuesta a una mezcla de EDC comunes durante el embarazo y la lactancia. Las hembras nacidas en la primera y segunda generaciones mostraron deficiencias en el cuidado de sus cachorros.
No obstante, las ratas hembras en la segunda y tercera generaciones mostraron un inicio tardío de la pubertad y alteración del ciclo reproductivo y el desarrollo del folículo ovárico, lo que indica que su fertilidad se vio afectada, aunque nunca estuvieron expuestas a los EDC. Estos cambios se asociaron con la expresión génica alterada en sus cerebros que se sabe que afectan la forma en que se regulan las hormonas reproductivas.
Nuestros resultados plantean preocupaciones reales sobre los efectos de esos contaminantes en el medio ambiente. Hallamos las afectaciones de los EDC en generaciones de animales que no habían estado directamente expuestos a los productos químicos. Exponemos a la generación principal y descubrimos a largo plazo efectos en la fertilidad. Por supuesto, en la vida cotidiana esto no sucedería y la exposición a estos químicos dañinos continuaría, lo que significa que podría hacer más daño, destacó.
Foto de portada: Alan Hernández
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