Después de que la CDMX anunciara el cambio a color verde en el semáforo epidemiológico, cientos de personas celebraron este miércoles a ritmo de cumbia y salsa, el regreso de las peregrinaciones a la Basílica de Guadalupe; lo anterior, después de las restricciones por la pandemia de covid-19. Cuando estamos a poco más de un mes del gran festejo del 12 de diciembre, diversos colectivos ya se han presentado en el recinto para darle las gracias a la virgen en persona.
Festejo a lo grande
Cada año, los sonideros caminaban sobre la Calzada de Guadalupe animando con música y ritmo a cientos de personas que iban rumbo a la Basílica, pero, el año pasado, la pandemia por covid-19 frenó todo. Ahora, los DJs volvieron con toda la emoción a las calles de CDMX. “Venimos a darle las gracias a la virgen que nos permite estar este año aquí”, dijo uno de los participantes en la capital.
“Hace un año, la celebración fue un poco más particular y pequeña. Sí hicimos algo, porque dejar de ver a la virgen de Guadalupe es imposible, pero, en este año se levantó el programa de contingencia y gracias a Dios podemos volver a reunirnos y aquí estamos”, dijo Alberto, quien junto con otros amigos y familiares tienen el sonidero llamado Sonido Gitana. Los sonideros celebraron el banderazo de salida para las peregrinaciones en honor a la virgen de Guadalupe y que culminarán con la gran fiesta del próximo 12 de diciembre.
Foto: EFE
“Cada año es un placer venir a verla, a darle las gracias porque los que estamos vivos podemos continuar con este legado, pero, aquí lo importante es que venimos de corazón. Venimos a ver a la Virgen de Guadalupe y no importa lo que pase, aunque tengamos compromisos, es darnos un momento para venir a darle las gracias”, dijo emocionado Alberto quien es originario de Iztapalapa.
En los sonideros se reproducen canciones de muchos géneros tropicales que tocan varias temáticas, pero, para muchos, los que llevan más de 20 años, la devoción a la virgen es lo más importante. Este ecléctico fenómeno continúa ganando seguidores entre los jóvenes. En la procesión, niños de entre 5 y 10 años llevaron camisetas del sonidero de su familia. “Quizás uno esté triste, pero en un evento damos alegría a la gente y muchos jóvenes entienden eso: escuchan la música, ven que a mucha gente le gusta bailar y se contagian. Hay hasta niños que ya están moviendo sus pies”, compartió Alberto emocionado.
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Foto de portada: EFE
Con información de EFE
