Durante siglos el debate sobre si dios es real o no ha sido punto clave de peleas, guerras y desencuentros. “Dios sí existe” o “Dios no existe”, cualquiera que sea tu respuesta siempre será y deberá ser respetada, en realidad todo se trata de una cosmología única e individual de la vida, no una verdad universal.
Conforme pasan los años, las sociedades tienden a cambiar, no es lo mismo el mundo de nuestros padres al nuestro, todo cambia de una forma u otra. A estos cambios sociales también se le puede agregar la religión, un ámbito milenario que ha sufrido transformaciones a lo largo de su historia.
La religión en México es un ámbito fundamental de la sociedad. (Foto: JustoMedio)
Según el psicólogo irlandés Nigel Barber, la religión es tan importante que llega hasta una décima parte de la productividad económica en algunas sociedades, sin embargo, la corriente del ateísmo está creciendo a pasos agigantados, llegando incluso a superar «al número de religiosos antes del año 2038».
Pero, ¿a qué se refiere esto? Barber explica, desde su perspectiva, que la religión funciona como un mecanismo para tratar las emociones desagradables asociadas con experiencias de vida difíciles, con esto nos referimos al peligro, la pérdida de un ser querido, la decepción o una enfermedad. Esto tiene lógica pues a veces cuando más nos encomendamos a un ser superior es porque la vida se vuelve más complicada.
Las personas tendemos a pedir a Dios cuando más necesitamos. (Foto: nihilita)
Nigel Barber asegura que esa idea de religión y ayuda es un punto clave para entender la mecánica psicológica del ateísmo. La idea es simple: los países con mejor nivel de vida se están volviendo ateos, pues no hay las mismas necesidades, miedos y tristezas que en un país en vías de desarrollo. Barber asegura que esa diferencia ofrece una visión del futuro del mundo.
Un resumen de su teoría es que poco a poco el ateísmo llegará a los países más ricos, prósperos y con mayores valores morales y sociales (un fenómeno que se puede ver en la actualidad). Por su parte, en los países pobres o con altos índices de criminalidad, es donde se ve una sociedad más religiosa.
Aterricemos esta idea a una escala menor: el mundo de la ciencia. Stephen Hawking, Albert Einstein, Sigmund Freud o Friedrich Nietzsche, son algunos de los más grandes pensadores de la historia de la humanidad y todos tenían un elemento en común: el ateísmo.
Reconocidos científicos se han considerado ateos. (Foto: Time Magazine)
Diversos estudios han demostrado que los científicos, a medida que incrementan sus conocimientos, terminan apartándose de la fe o directamente se adscriben al ateísmo o a alguna idea que sea incompatible con las religiones tradicionales.
Esta idea del ateísmo no es nueva, en 1933 el psicólogo James H. Leuba buscó poner a prueba la hipótesis de que “cuanto más instruida es la gente, menos probable es que crea en Dios”. Para ello, realizó una encuesta entre científicos estadounidenses y sus respuestas confirmaron la idea de que es mucho menos probable que crean en Dios los científicos que las demás personas.
«Cuanto mayor es el nivel educativo de los individuos, o mejores sus resultados en test de inteligencia o de rendimiento, menos probable es que sean cristianos», es una de las conclusiones del estudio.
La religión es parte fundamental de la sociedad de algunos países. (Foto: Foros de la Virgen María)
Un estudio más que reafirma esta idea de que en algunos años el mundo se moverá hacia el ateísmo es uno publicado por la Universidad de Oxford. La investigación logró descartar que el sentimiento religioso esté relacionado con el pensamiento intuitivo de los seres humanos, algo que descarta que la religiosidad sea algo con lo que nacemos.
¿Por qué es tan importante este descubrimiento? Hasta ahora la psicología cognitiva explicaba el desarrollo del sentimiento religioso en el cerebro como un resultado del pensamiento intuitivo, en otras palabras, que las creencias religiosas surgen de manera intuitiva. Entonces, si no es intuitivo ni de nacimiento, ¿de dónde provienen los sentimientos religiosos?
La idea de un mundo ateo puede llevarse a cabo. (Foto: El Club Digital)
«Los datos sociológicos e históricos de los que disponemos muestran que nuestras creencias se basan fundamentalmente en factores sociales y educativos, y no en diferencias cognitivas. El sentimiento religioso se basa muy probablemente en la cultura de cada uno, no en algún tipo de intuición primitiva o corazonada», explica Miguel Farías, autor del estudio.
Al final, las investigaciones han demostrado que los países con creencias religiosas divididas, como Canadá y Francia, son países que suelen tener las más altas calificaciones en moralidad, confianza social, igualdad económica y tienen índices de criminalidad más bajos que los países con un mayor número de creyentes religiosos. Lo importante es abrir la mente a nuevos horizontes, creyentes o no.
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