Ana Cerón es escritora, conferencista, erotóloga y terapeuta mexicana. ¿Erowhat? En pocas palabras, ella tiene la capacidad (¿o don?) de leer, con base en el estudio de las sensaciones, los cuerpos de sus pacientes arrojan toda una historia, hasta en el más callado de su consultorio.
¿Qué hace una erotóloga?
Para empezar a comprender más su profesión, es preciso decir que el trabajo de Ana se centra en el psicoanálisis, heredado del francés Jacques-Marie Émilie Lacan, quien realizó aportes teóricos en el estructuralismo, la lingüística estructural, las matemáticas y filosofía.
Soy una mujer que estudia las sensaciones, soy una ‘deseducadora’ de todo lo que nos dijeron, porque nunca nos enseñaron a cuestionarlo. La erotología es la ciencia que estudia las sensaciones, nos enfocamos en el estudio del placer y las sensaciones.
El placer, lo prohibido, el pecado fue siempre un tema tabú que llamó la atención de Ana. Tras una vida llena de negocios importantes en los Estados Unidos, llegó a vivir una vida de tormento y dificultades que la llevaron a conocerse mucho mejor de manera interna.
Y fue eso precisamente, lo que provocó una serie de estudios en introspectiva como el desarrollo humano, especialidades en corporalidad y danzaterapia hasta que conoció más a fondo las teorías de Wilhelm Reich, un médico y psicoanalista ucraniano que realizó diversos ensayos sobre la función del orgasmo.
En la erotología es asumir el ser, es acompañar a sentir para darse cuenta de qué es lo que estoy necesitando. Me encargo del erotismo, porque erótica quiere decir capacidad de contactar, porque nuestro cuerpo está lleno de sensaciones.
Ana vivió una gran parte de su vida en el extranjero, su formación académica es larga y regresó a su país para borrar las líneas del tabú en la sexualidad de los mexicanos. (Foto: Cultura Colectiva News / Rob Rodriguez)
La única mujer de sólo cinco erotólogos en el mundo
Cerón es la única erotóloga mujer en el mundo. Bueno, mejor dicho, es la única asumida como erotóloga. En Argentina, donde está más fuerte el psicoanálisis lacaniano, “hay muchas personas que estudian el erotismo, pero sólo el placer de la vida, más no el placer sexual”.
En su consultorio, ubicado en la colonia San Ángel, en la Ciudad de México, la terapia que Ana ofrece está dedicada a concientizar que el orgasmo es un acto no sexual. Sí, tal como lo leen: es una explosión de emociones que secretan endorfinas y no es estrictamente sexual.
“Sexo viene de ‘sexus’, seis en latín: dos cuerpos, dos mentes, dos espíritus. Todos mis libros y talleres son productos de un orgasmo, y no tiene que ver con el sexo, tiene que ver con una explosión de sensaciones”, afirmó.
Cerón se autodefine como erotóloga, una especialidad que sólo cinco personas tienen el mundo. (Foto: Cultura Colectiva News / Rob Rodriguez)
El placer sin culpas como terapia
El orgasmo tiene un poder liberador, cuando el erotismo es todo un proceso de expansión y sin culpas para desnudar el deseo.
La gente tiene una muy lejana relación con el cuerpo. Hace falta descubrir el placer, el placer se siente y se vive no se aprende.
Actualmente sólo existen cinco erotólogos en el mundo, la cual es una propuesta completa y complementaria, además de cercana, a la sexología pero con aspectos muy bien diferenciados.
El sexólogo está especializado en un acto coital y entender cómo funciona, entre otras muchas cosas. Yo pasé por los estudios de la sexología, pero la erotología es un análisis de las sensaciones, a comprender, a relacionarse y en ello encuentras placer para que tu cuerpo tenga una armonía.
Su técnica consiste en la lectura del cuerpo y el rostro la caracterología y el seguimiento del periodo menstrual. (Foto: Cultura Colectiva News / Rob Rodriguez)
El hombre que no conoce los “orgasmos” frente a la erotología
Entrar en terapia con Ana es una montaña rusa de sensaciones. Su consultorio está lleno de símbolos y creencias de las cuales no quiero dar detalles. Como alguien observador y escéptico hasta en mi propia existencia, es difícil darse la oportunidad de llegar a un orgasmo emocional.
Ana me llevó a un punto que intenté no llegar: relajarme y conocer mis traumas con sólo tocar algunos puntos del cuerpo. El diagnóstico fue directo: “eres masoquista y estás sordo”, en un sentido donde el BDSM se queda corto.
Sus manos son largas y delgadas como las de una pianista, en la sesión usó mi cuerpo como un instrumento para afinarme como un violín Stradivarius. Cada presión era acompañada de un grito similar a la de una respiración de orgasmo.
Ana fue galardonada con el Premio Nacional de la mujer en 2009 por su trabajo a favor del reconocimiento del cuerpo y el erotismo. (Foto: Cultura Colectiva News / Rob Rodriguez)
La terapia
Después de observar mi postura y cuerpo, Ana describió cada situación de mi vida como una lectura de grafología. Desde situaciones tan íntimas que me ruborizaba, hasta el pasado familiar más oscuro. Según la terapia, el 90 por ciento del cuerpo habla de manera consciente: los hombros hacia abajo, la forma de pisar en forma de pie plano, caminar con la cabeza hacia la izquierda, los dedos con curva, arrugas en la frente, sonrisa transparente, la posición del mentón en 180 grados, todo habla de aspectos tan privados, mientras mi boca siempre estuvo callada.
La erotología es un oficio. No somos impulsivos, poco románticos o egoístas, aprendimos a serlo. Lo que hago en terapia es contactar con tus emociones a través de técnicas como la vegetoterapia, la lectura del rostro y el cuerpo, la caracterología y el seguimiento del periodo menstrual. Cada paciente tiene una manera diferente de percibir la vida de acuerdo a sus cinco sentidos.
En esencia, la etorología siempre va más allá. No, no todo es sexo y ya. El cuerpo es tan sabio que siempre sabrá como reaccionar ante lo más inesperado.
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