Dame chance de contarte algo que sucedió este fin de semana, aparte del baño con un enorme balde de agua helada que significa el bye bye al aeropuerto en Texcoco y el triunfo electoral del bastante nefasto ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil para quitar del poder al también nefasto, corrupto e izquierdista Partido de los Trabajadores. Lo que hoy está rifando en el mundo son los cambios radicales ¿no?
Mientras todo eso pasaba, yo tuve el honor y el gusto de estar en la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, impartiendo una conferencia y un taller sobre storytelling, producción audiovisual y narrativa transmedia explorando, entre otras cosas muy apasionantes, algunas explicaciones sobre cómo están empujándose esos fenómenos políticos y sociales de cambio en el planeta.
Queda claro que un pueblo harto es perfectamente capaz de sacudirse de un régimen opresor o corrompido, pero eso tiene que ir necesariamente de la mano con la construcción de los liderazgos necesarios para cambiar el rumbo.
AMLO se ha convertido en un parteaguas de la cultura política mexicana. (Foto: Huffpost)
Los storytellers estamos absolutamente convencidos de que contar historias es por mucho la manera mas eficaz de posicionar cualquier tipo de mensaje, información, servicio, producto o hasta personaje político, porque las estructuras narrativas llegan directo a las emociones de quienes buscamos cautivar. Esa es exactamente la forma como Andrés Manuel López Obrador ha estado construyendo su imagen de líder de la llamada cuarta transformación.
Pero antes de contarte lo que develamos, hay que hacer la siempre pertinente aclaración de que este es un análisis de estrategia, así que no toca decir si el próximo gran tlatoani es un peligro o un beneficio para México ni mucho menos. Eso le toca decidirlo a cada quien. Lo que estudiamos es la forma como utiliza el storytelling para llegar hasta donde hay que llegar: las emociones.
Pintura de Abuelo contando una historia de Albert Anker. (Foto: Pintura creativa)
De esa manera hay amlovers y amlohaters, por ejemplo, todos abonando a la construcción del fenómeno. Unos apoyándolo a ojos cerrados y otros denostándolo a tal grado que su discurso de odio y rencor termina por ocasionar más sentimientos de empatía y solidaridad por el presidente electo en su travesía heroica, épica y victoriosa hacia el cambio prometido.
Una historia puede ser tan simple o compleja como se quiera y tener tantos elementos, situaciones y personajes como se guste. Basta con un protagonista, un antagonista, tal vez un bufón para darle algo de color y un hilo conductor o narrador. El esquema simple es planteamiento–desarrollo–clímax–desenlace. Sencillo ¿no? Pues ni tanto. No se cuenta igual una historia de amor que una batalla épica, por ejemplo. Según el tipo de relato se utiliza una estructura dramática distinta. Todas están documentadas en la literatura universal y lo muy apasionante es que con ellas puede construirse una gran trama de ficción y también desmenuzar una realidad indiscutible.
A mano alzada o a ojo de buen cubero, cualquiera diría que la narrativa lopezobradorista es la de un mesías, un iluminado elegido al estilo de Jesucristo o de Harry Potter, pero no. La estructura dramática que está utilizando es la que conocemos como el viaje del héroe.
AMLO ha dado vida y forma a lo que él llama su cuarta transformación. (Foto: López Obrador)
Ahí te va. En campaña nos dijo que México debería volver a la época del desarrollo estabilizador que vivió de los 40s a 1970, cuando la inflación era del 3 por ciento, el dólar era baratísimo y había una clase media pujante y pudiente. Muchos analistas, me incluyo, dijimos que es un sueño interesante pero inviable porque hoy el mundo funciona muy distinto y está globalizado. El punto es que ese era, en realidad, el planteamiento de su historia.
Para que haya un relato digno de contar, tiene que haber un rompimiento del equilibrio, un llamado a la aventura, que en este caso se dio con las crisis sexenales que nos azotaron de 1970 a 1995 y luego con la llegada de los neoliberales antipueblo, tecnócratas autoritarios a quienes nombró como la mafia del poder y hasta le puso nombre y rostro a su líder: Carlos Salinas de Gortari.
Algo de lo bastante interesante es que en esta narrativa López Obrador no se presenta a sí mismo como el protagonista o el héroe salvador, sino que es el propio pueblo de México el que enfrenta la gran odisea. Primero lo hizo con miedo y tibieza, cambiando al PRI por el PAN sabiendo que es pan con lo mismo. El PRIAN, dice el sensei peje, para luego volver a viejo y autocrático PRI.
Justo aquí es donde viene el giro. En toda historia de este tipo hay un mentor o maestro que funciona como fuente de inspiración, valor y sabiduría para librar la batalla. Se es justo el papel que asume López Obrador en esta trama. Una especie de señor Miyagi o de Pepe Grillo que entrena e impulsa al héroe.
Cargado con esa valentía y sabiduría, el gran guerrero llamado pueblo de México decide cruzar el umbral del mundo ordinario y emprender el camino al cambio. Ahí se enfrentará con pruebas y sabrá quiénes son realmente su aliados y quiénes sus
adversarios. Mientras más se acerca a la prueba suprema, la de vida o muerte, pasa por un proceso arduo de preparación ayudado por su mentor.
Hasta que llega el momento. Es todo o nada. La jornada electoral.
Enfrentada la prueba, el héroe disfruta del triunfo. 53 por ciento de los votos. Ni juntos, sus adversarios habrían podido derrotarlo. Pero faltan más obstáculos. El camino de vuelta a la normalidad también está plagado de peligros por una mafia del poder que se niega a morir. El héroe, el pueblo de México, tiene que enfrentar más retos como decidir qué hacer con el aeropuerto símbolo de la corrupción, la reforma educativa que golpeó a los maestros y muchos otros desafíos.
Hay que librar una segunda batalla de vida o muerte. Pero el pueblo es sabio y valiente. Guiado por su mentor, sale victorioso hasta lograr la resurrección y restauración del mundo conocido pero incluso en un estado superior porque sus enemigos habrán sido derrotados.
Así de poderoso es el storytelling aplicado con estratega e inteligencia. Construye héroes y derrota villanos o viceversa. Las emociones son la clave. La refresquera más importante del planeta no te vende bebidas, sino amistad y unión familiar. Una marca de accesorios deportivos te vende atrevimiento. Una marca de motocicletas chopper te vende libertad y rebeldía. Así funciona.
En la conferencia y taller que tuve el gran honor de impartir en la FACICO de la Universidad Veracruzana, junto con varios de los académicos más prestigiados del país pudimos discutir esta y muchas más técnicas de estrategia de comunicación moderna que iré contándote de a poco.
Ahí, la coordinadora de la Academia de Periodismo es Tere Arroyo, quien además este año es la presidenta del jurado del Premio Nacional de Periodismo. En la organización también estuvieron las destacadas periodistas y profesoras veracruzanas Guadalupe H. Mar y Adriana Canales, trabajando con el apoyo de la directora de la Facultad, la Dra. Rossy Lorena Laurencio.
A ellas y a todo el equipo de académicos y estudiantes, muchas gracias por una extenuante y apasionante experiencia.
*Las columnas de opinión de CC News reflejan sólo el punto de vista del autor.