Camión, lancha y caminar dos kilómetros por la educación
Viajar en autopista, subir a una lancha y caminar varios kilómetros es el recorrido diario que les toma de entre seis y ocho horas a un grupo de maestros en Nayarit. La travesía de todos los días es para dar clases a los niños y niñas wixárica (huicholes) de Huaynamota.
En medio de la Sierra del Nayar de Tepic conviven 15 comunidades donde el 58.51 por ciento de la población es indígena, un número representativo e importante si pensamos que el 42.64 por ciento de ellos habla una o más lenguas de los pueblos originarios del país.
Con un kínder, dos primarias, una telesecundaria y una telepreparatoria, los más jóvenes del pueblo han encontrado un compromiso con su educación, sin embargo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) les ha quedado a deber con la tarea de mejorarles las instalaciones escolares que se encuentran en condiciones deplorables.
Para llegar a Huaynamota se necesita tiempo, dinero y esfuerzo para brindar una educación de calidad.
(Todas las fotos son cortesía de Brisa M. álvarez)
Tres horas descalzo para comer y estudiar
Las distancias no discriminan y son igual de desgastantes para estudiantes y maestros. Mientras los niños y niñas de Huaynamota tienen que caminar entre una a tres horas diarias en la penumbra de la madrugada, sus profesores se debaten con las limitadas opciones que tienen para dar clases.
La disyuntiva no es fácil pues se debaten entre el dolor de espalda y el hueco en el bolsillo: viajar de seis a ocho horas diarias desde la ciudad de Tepic, gastando más de mil pesos diarios de ida y vuelta, o dormir en la sierra junto a las casas con un montón de carencias.
Ante la falta de atenciones por parte del gobierno local y las sobrantes necesidades, surgió un grupo ciudadano que ayuda en la zona más marginada de Nayarit con esfuerzos meramente altruistas. Este es el caso de Huaynamota Project, una iniciativa creada por Brisa Rosalía Méndez álvarez, quien junto a sus amigos cercanos, ciudadanos e integrantes de la comunidad, se han organizado para mejorar la vida de todos los días sin caer en el asistencialismo con truco de los partidos políticos. Así no comprometen a nadie y se garantiza la ayuda a la comunidad.
Brisa: de booker de modelos a superheroína
Méndez álvarez reside en Guadalajara y es ahí donde nada cual tiburón empresarial como una booker de modelos en MM Runway y vuela cual heroína como la madre adoptiva de tiempo completo de sus sobrinos. Al parecer nada del otro mundo, por lo menos hasta hace más de seis meses que empezó a ayudar a la gente de la Sierra del Nayar sin más compromiso que eso: ayudar, sin pedir nada a cambio.
En entrevista para Cultura Colectiva News, Brisa recordó su primer acercamiento con Huaynamota.
Me la paso viajando por todo México, y una vez vi un video de un chavito indígena que nunca había tenido un pastel de cumpleaños. Ese video se hizo superviral, y la chica que lo compartió era amiga de la mamá de una de mis modelos y yo le escribí, ella es la maestra Vivi. Empecé a hablar con ella y me ayudó a conocer la comunidad.
CONOCE LA HISTORIA DE BRISA Y SOFíA (VIDEO)
Brisa detesta las injusticias y más si se trata de la falta de compromiso de algunos profesores sin interés por Huaynamota y a sus pequeños.
Sí, la SEP manda a los maestros, pero como castigo a la comunidad indígena, porque no hay plazas en la ciudad, entonces les dan la opción de trabajar tres o cuatro años y después regresar a la capital, pero muchos no van.
Una de las vías más rápidas para llegar a clase es tomar una lancha y cruzar la Presa de Agua Milpa, pero el costo supera los 300 pesos sólo de ida. (Cortesía de Brisa M. álvarez)
En la Sierra del Nayar hay tres maestros indígenas con plaza, otros cinco viajan de Tepic casi a diario, mientras que un número incierto visita una vez a la semana o nunca a la comunidad.
Hay como unos 70 niños en secundaria, de prepa son como 50, de primaria y kínder son como 120 niños más o menos, pero el kínder ahora está cerrado porque a la maestra que asignaron no le gustaba ir. Entonces la directora tomó unas fotos para mandarlas a SEP, y decir que en Huaynamota no existen niños. Pero tú los ves corriendo y jugando, sacándose los mocos por allí, sin oportunidad de una educación.
El acceso a la educación se ve mermado por la distancia y falta de caminos para ingresar. Pero, ¿por qué viven aislados?
Huaynamota es una meseta donde llegan todas las comunidades, y para arriba hay varios pueblos con poquitas chozas, ahí es su casa. Ya se empezaron a abrir la brecha para que una camioneta suba, la cual lleva papas, cerveza y refresco a una tienda, pero tarda como dos días en subir. Es un camino muy difícil.
Dentro de la comunidad, el clima es extremo y las condiciones no son las óptimas.
Pero, ¿y si viajan a otro lugar?
Yo le preguntaba por qué están allí arriba, y por qué no cerca de la presa donde hay más oportunidades. Me dijeron que el PRI gobierna en Tepic, les expropiaron la tierra y les dejaron en dónde vivir, son personas muy simples con creencias politeístas y tradiciones muy arraigadas.
De hecho, para los huicholes, tú eres el incivilizado.
Cuando no te conocen se burlan, de hecho tienen una palabra para burlarse de la gente de piel blanca, para ellos tú eres el incivilizado, y está bien chistoso.
Aunque existen maestros comprometidos, otros decidieron evitar viajar a la Sierra del Nayar por el largo viaje, mientras siguen cobrando el dinero a la SEP.
El problema es la deserción…
En la meseta indígena el clima es extremo (frío), al igual que las desigualdades. En este sentido, Brisa investigó las principales razones de deserción escolar en Huaynamota, y descubrió falta de materiales escolares por la lejanía con la capital, escasez de alimentos y las inclemencias del frío.
La mayoría de los pequeños no hablan español, su lengua materna es el huichol —entre otras—, “los maestros dan clases de todo, y los fonemas de los huicholes son muy distintos al español, entonces les dan clases en inglés porque lo entienden más rápido por las similitudes”.
Las condiciones de la escuela no son ideales, principalmente por el abandono de las autoridades escolares en la zona.
Viajar horas para cumplir con aprender y enseñar
El sueldo de los maestros es de 12 mil pesos al mes. El problema en este caso es que tienen que ir y venir; la mayoría se quedan una semana o hasta quince días para después regresar a sus casas, entonces lo que hacen es dormir en las chozas de los huicholes, algunos tienen un tapete o un colchón, y las condiciones no son nada cómodas.
Brisa, junto con sus amigos y empresas, lograron llevar más de 80 bicicletas a los alumnos con los mejores promedios, con el objetivo de acortar sus largas distancias.
Bicis para acortar caminos
Al ver tantos conflictos, Brisa chambeó duro para concentrar varios esfuerzos, tanto de tiempo como económicos, para entregar 80 bicicletas a los alumnos con los mejores promedios y resolver así la movilidad de los pequeños.
Yo no acepto ningún dinero de asociaciones civiles, porque siempre quieren deducir impuestos o tienen algún fin político, entonces con mis empresas y con ayuda de regalos de ciertas marcas hemos logrado apoyarlos.
Además, varios ciudadanos apadrinaron a un niño para alcanzar sus metas escolares.
Una casa ecológica para los maestros
Una vez resuelto el problema del transporte, el siguiente paso consiste en construir una casa para los profesores cerca de la escuela, y así puedan ofrecer su mejor clase.
Hablé con el comisario de la comunidad, y nos comentó que tienen un terreno que la SEP iba a utilizar para construir una casa del maestro, pero no hicieron nada, entonces tenemos un mes aplanándolo y ahí les queremos hacer un complejo bien pequeño para que puedan dormir.
En la comunidad, las tradiciones son muy importantes, desde la vestimenta hasta las creencias politeístas.
Lo más interesante es la colaboración entre todos para mejorar las oportunidades de todos.
Es una casa con servicios básicos, pero como no podemos subir tanto material, la estamos construyendo de manera muy ecológica, los huicholes están haciendo el adobe allá arriba, pero también los niños están reuniendo PET, el cual aprovechamos para hacer otra parte ecológica y sustentable.
La basura es un tesoro
Cada año, peregrinos católicos van a la comunidad para asistir a las fiestas religiosas, pero en su paso arrojan miles de botellas de plástico y basura, la cual ahora es aprovechada para la construcción de la casa de maestros.
La iglesia es bien rara, porque nadie de los pueblos conoce al padre y pusieron un Cristo negro para que la gente vaya a darle dinero al padre. Todo el pueblo es pobre y el padre tiene una mansión en medio de la pobreza. En fin, el punto es que en ese ir a dejar dinero, los peregrinos católicos tiran mucha basura en la peregrinación que nosotros queremos usar.
Con apoyo de la empresa Hikis, entregaron varios pares de tenis y zapatos a los niños, para hacer su travesía a la escuela más ligera.
Ellos no sabían que el PET y el plástico no se desbarata, entonces aprovechando la basura de los peregrinos, ellos juntan todo ese material para que lo usemos en la construcción de la casa de los maestros. Por cada 100 botellas que me junten, yo les doy un sobre de chaquira para que ellos hagan sus artesanías.
Huaynamota Project
Pagar todo un proyecto también implica pedir las manos altruistas de personas interesadas en sacar unas sonrisas en Huaynamota. Brisa hace un llamado a todos a sumarse al proyecto, no con mucho dinero, sólo extendiendo las brazos.
Yo tengo una cuenta que sólo uso para apoyar a Huaynamota. Muchas personas nos apoyan, pero siempre transparento y presento todos los movimientos de la tarjeta. Hasta el momento nadie ha quedado decepcionado. Una amiga que es arquitecta nos está ayudando para crear unos ocho cuartos en un terreno de 10 x 10, donde tenga sólo lo básico pero con un buen techo.
Con 120 mil pesos, Brisa planea construir la casa para los maestros. El objetivo es que no existan más pretextos, sino sólo las ganas de evitar a toda costa la deserción escolar en Huaynamota.
Sí necesitamos dinero, como todos. Pero todo lo hemos conseguido a través de Facebook e Instagram. Y a cambio de esas ayudas para sus útiles escolares, los chavitos agradecen de manera personalizada con una carta y con sus artesanías.
A Brisa el dinero no le interesa del todo, “si alguien me dice, ‘tengo un camión’, y nos lo presta, con eso tenemos. Sí alguien nos apoya con cemento, tubería, conocimiento para la construcción, poniendo las manos para mover y transportar, con eso también nos ayudan”.
“Aunque todo es amateur, funciona. Las mochilas, las bicis, los útiles; todo es gracias al apoyo de personas interesadas en ayudar. Porque sí, aquí hace falta mucho, pero también podemos verlo de otro modo: hay mucho por hacer”.
Podría interesarte:
Banda de Música, la escuela que nació en un basurero en Oaxaca
Girl Up, la campaña que educa a niñas huérfanas sobre la equidad de género
Ellas querían su álbum de estampas con jugadoras de futbol… y lo consiguieron