La polémica por la llamada “Casa Gris” continúa. Lo que rodea al domicilio que alguna vez habitó a José Ramón López Beltrán, una mansión incluso más impresionante que la conocida como “Casa Blanca”, exhibida durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, mantiene preocupado e inquieto al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Su hijo representa para sus detractores, todo lo que él juraba destruir: lo ostentoso del poder, el lujo del que debemos prescindir y para nada se acerca a la austeridad con la que se abanderó no sólo durante su camino a la presidencia de la República, sino ya con el cargo de mandatario de nuestro país. Esta semana, Andrés Manuel rompió en llanto y recordó que sus hijos, desde pequeños, han sido objetos de persecución.
‘Hemos sido espiados desde hace muchos años’
Durante la conferencia mañanera de este martes, el presidente López Obrador rompió en llanto al recordar que sus hijos han sido objeto de persecución desde hace muchos años, por lo menos, más de 25. Previo a terminar la conferencia tradicional en Palacio Nacional, el jefe del ejecutivo se conmovió al recordar lo que han tenido que pasar sus vástagos desde que él vivía en Tabasco.
“Yo tengo la ventaja, si se puede decir así, de que hemos sido espiados durante muchos años; desde que ellos estaban pequeñitos. Cuando empezamos a ser oposición en Tabasco, nos costó trabajo conseguir escuelas, para que los inscribieran. Ya se pueden imaginar las que hemos pasado. Ellos saben que, desde niños, hemos tenido carros de vigilancia enfrente de nuestra casa”, refirió López Obrador ante las miradas de los reporteros.
Agregó que sus hijos han visto cómo “cuando el movimiento de la defensa del petróleo, allá por 1995-1996, yo traía orden de aprehensión y me metieron todo el Código Penal (como once delitos) y entonces, para obligarme a que yo me amparara o me fugara, pasaban helicópteros, en ese entonces, del CISEN y se quedaban encima de la casa”.
AMLO se quiebra por sus hijos
Fue en ese momento de la conferencia, cuando a López Obrador se le quebró la voz y los ojos se comenzaron a tornar cristalinos. “Le agradezco mucho a Lourdes Galaz, una periodista, y a Carmen Lira (directora del periódico La Jornada) que los fueron a buscar”.
Reiteró, además, que sus hijos saben separar lo familiar de lo público, que siempre lo han tenido presente y más ahora que él es presidente de nuestro país. “Ellos saben qué es esto. Me da mucho orgullo que resistan. Y se han portado bien, aunque saben de que una cosa es lo familiar y otra cosa es el servicio público. Lo saben perfectamente”, insistió.
Finalizó aseverando que les sigue pidiendo que se porten bien, dado que las persecuciones no terminan. “Mientras yo he sido dirigente, ellos han ocupado un cargo, porque ese es el acuerdo que tenemos. Yo les pido que se sigan portando bien, y agradezco al creador que no pintan para ser como el hijo de José María Morelos, que tuvo un hijo, Juan Nepomuceno Almonte, que se volvió traidor y se pasó al bando de los conservadores”, finalizó.