La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF), fue la primera en dar a conocer los números rojos sobre las vÃctimas de los crÃmenes de lesa humanidad por parte del ejército de Myanmar contra los Rohingya, la minorÃa musulmana del oeste del paÃs del sureste asiático que está siendo expulsado de sus territorios a punta de asesinatos. Hasta ahora, se contabilizaron al menos 6 mil 700 asesinatos contra civiles, incluyendo unos 730 menores de edad.
Los milicianos del Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA) es el grupo de esta minorÃa que más bajas sufrió por los enfrentamientos armados en contra de las fuerzas armadas birmanas (gentilicio oficial de Myanmar).
La contabilización se dio gracias a un estudio de mortalidad donde más de dos mil hogares roghingyas, que representan unas 11 mil 426 personas, han llegado a diferentes campamentos de refugiados en la frontera con Bangladesh, según informó el doctor Emmanuel Grellety, quien atendió a docenas de afectados.
«Nuestras cifras están subestimadas porque no incluye todos los hogares ni poblaciones exterminadas en las localidades musulmanas que quedan en Myanmar», declaró Grellety.
Los desplazamientos masivos no dejan de atravesar la frontera con Bangladesh. (Foto: Twitter)
MSF resume estas cifras como una limpieza étnica sin precedentes ya que lo considera como una investigación de campo clara hecha con una metodologÃa reconocida por el gran alcance que los elementos médicos de MSF tuvo en cada zona de Myanmar y especÃficamente en territorio rohingya.
Según sus cifras, el 69,4 % de los asesinatos fueron a través de armas de fuego, el 8,8 % de las vÃctimas fueron quemadas vivas, el 14,8 % eran niños menores de 5 años, 5 por ciento fueron golpeados hasta la muerte, y el 2,6 % murieron por la brutal violencia sexual que se registró, el resto murió en caminatas de la muerte sin comida ni agua en una travesÃa a la frontera con Bangladesh.
En cuanto a las personas que lograron cruzar la frontera, se calculó que unas 646 mil personas pudieron instalarse en los campamentos de refugiados en el paÃs vecino, tan sólo el tercio de la población rohingya se quedó en el estado birnano de Rakhine. Como MSF, otras ONG’s exigen el acceso a dicho estado para atender a las vÃctimas, pero el gobierno central únicamente ha dado acceso a la Cruz Roja Birmana.
Hoy, a pesar de la revelación de las alarmantes cifras que claman crÃmenes de lesa humanidad, el gobierno birmano niega la violenta represión contra su minorÃa musulmana, minorÃa la cual el gobierno no reconoce su nacionalidad a pesar de haber nacido en territorio birmano dejándolos sin estatus ni protección alguna.
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