No quieren que les quiten sus tierras. Las defienden también porque es lo único que tienen, el legado que le dejarán a sus hijos, quienes las trabajarán para que sus nietos las sigan alimentando. Defienden con su vida, si es necesario, ese terreno ancestral que ahora el narcotráfico, la policÃa antidisturbios y la deforestación amenazan incesantemente.
La liberación de la Madre Tierra es un movimiento de activistas indÃgenas del Valle de Cauca, en Colombia, que, teniendo como estandarte una bandera verde y roja, luchan contra todos para recuperar plantaciones de azúcar, granjas y centros turÃsticos, los cuales ya son prácticamente propiedad del narco o del Estado.
Los indÃgenas deben luchar también en contra de las fuerzas policÃacas. (Foto: El Colombiano)
Lo que quieren los nativos del Valle de Cauca es acabar con el tráfico de drogas, por lo menos en sus tierras. En Corinto, por ejemplo, fue saqueada una plantación de azúcar, misma que fue destruida por la policÃa antidisturbios. Los indÃgenas lucharon para ocupar de nuevo ese terreno en el que quieren que se deje de suministrar coca para cultivar verduras en las llanuras.
Los activistas van armados con machetes para cortar y quemar las cañas de azúcar, para levantar campamentos y plantar cultivos tradicionales de maÃz, a costa incluso de la propia presencia de narcotraficantes que se quieren apoderar de esos terrenos para hacer aún mayor su presencia en la zona.
«Puedes ver la sangre que se ha derramado por una tierra mejor y por un futuro promisorio para nuestros hijos», declaró al diario británico The Guardian, José René Guetio, un anciano indÃgena que sigue comandando a los menores a defender sus tierras, por muy pequeñas que estas sean.
Alejar sus tierras del narcotráfico, el objetivo de los indÃgenas colombianos. (Foto: Marcha Patriótica)
Los resultados no llegan y el apoyo del gobierno colombiano menos. Las autoridades afirman que el Estado tiene la responsabilidad de proteger la propiedad legalmente reconocida, algo que no pueden comprobar los campesinos por falta de documentación que acredite que son dueños de esas tierras.
El Valle de Cauca parece que no tendrá paz en mucho tiempo. Sus terrenos han sido base de operaciones de los grupos paramilitares más bélicos del paÃs. Tanto los grupos de narcotraficantes como las milicias y las empresas privadas, han hecho de estos terrenos unos de los más peligrosos del mundo para los defensores de los derechos de los indÃgenas.
Apenas en 2016, 37 activistas que se unieron a la causa de los indÃgenas colombianos para defender sus tierras fueron asesinados en Valle de Cauca. La campaña indÃgena para liberar este terreno muestra la violencia de la que los hace presa el narcotráfico, el cual, con toda la sangre que pueda derramar, no logrará quitarles sus tierras.
PodrÃa interesarte:
Narcotraficantes y el gobierno de Colombia, dispuestos a negociar
China ejecuta a un colombiano acusado de narcotráfico